En logística B2B, cada decisión tiene un impacto directo en la operación y en la confianza de los clientes. Una de las mayores preocupaciones de las empresas al tercerizar su almacenaje es la incertidumbre: ¿realmente el proveedor cumplirá con los estándares de seguridad?, ¿entregará a tiempo?, ¿se podrán evitar pérdidas de inventario?
En modelos tipo marketplace como Uber o Airbnb, donde solo se conecta oferta y demanda, estas preguntas suelen quedar sin respuesta, y en logística, un error puede costar mucho más que dinero: puede dañar la reputación y la relación con clientes clave.
Para resolver este reto, Cargo B2B ha desarrollado un modelo que va más allá de ser un simple intermediario. La propuesta de valor radica en dos pasos fundamentales: validación y operación.
Antes de integrar un almacén a la red, se realiza un proceso de inspección y certificación en aspectos críticos como infraestructura, seguridad, procesos y tecnología. De esta manera, cualquier espacio disponible para las empresas ya ha pasado por un filtro riguroso que asegura calidad y confiabilidad.
El segundo paso es la operación centralizada. A diferencia de un marketplace, donde cada proveedor trabaja bajo sus propios lineamientos, en Cargo B2B se gestionan de manera unificada los SLA (Service Level Agreements o Acuerdos de Nivel de Servicio), la trazabilidad y la comunicación, ofreciendo un estándar nacional.
Los SLA son compromisos operativos que definen los niveles mínimos de servicio esperados —por ejemplo, tiempos de entrega, exactitud en inventarios o niveles de respuesta— y permiten medir objetivamente el desempeño logístico. Esto significa que, ya sea en Monterrey o en cualquier otra ciudad de México, los procesos logísticos mantienen la misma consistencia y calidad, sin importar la ubicación.
Además, la plataforma digital de Cargo B2B brinda visibilidad total del inventario y métricas clave en tiempo real, lo que permite a las empresas tomar decisiones más rápidas y precisas. La transparencia y la estandarización eliminan la improvisación, generando certeza en cada etapa de la cadena logística.
El resultado es simple pero poderoso: las empresas obtienen un nivel de seguridad y confianza que difícilmente se encuentra en esquemas tradicionales de tercerización. Con una red logística certificada y una operación bajo control, la cadena de suministro se vuelve más ágil, predecible y preparada para responder a los retos del mercado.